Una de las reacciones más comunes es darle a nuestra mascota un poquito de la comida que nosotros estamos degustando. Este acto en principio de cariño, puede ser realmente peligroso para nuestro amigo, por ello es necesario conocer, que alimentos aunque parezcan deliciosos pueden resultar dañinos.
Chocolate, café: Contiene teobromina y cafeína, le provocará dolor de estómago, convulsiones e incluso envenenamiento. Altera los procesos celulares y estimulan el sistema nerviosos central y los músculos del corazón, según explican los especialistas. Dulces, chicles y pan: Son productos que contiene xilitol, un edulcorante artificial. Éste estimula la liberación de insulina, lo cual disminuye los niveles de azúcar en la sangre. Los síntomas de la intoxicación por xilitol se presentan en los 30 a 60 minutos después de la ingestión, vómitos, letargo, incapacidad para controlar los movimientos, colapso y convulsiones. Cebolla, cebolleta, ajo y puerros: Contienen organosulfoxides. Cuando tu mascota los ingiere, estos compuestos se convierten en compuestos de azufre, lo cual daña la sangre, como envenenamiento. Sin embargo pequeñas cantidades de ajo en el alimento para mascotas, previene la aparición de parásitos y tiene efecto inmunológico. Bebidas alcohólicas: Cuando las mascotas digieren etanol, se absorbe rápidamente en el tracto gastrointestinal y llega al cerebro. Después de esto, tu perro puede mostrar depresión, pérdida del control de movimiento, letargo y temperatura corporal alta. Uvas y pasas: Estos alimentos causan insuficiencia renal en los perros, provocando vómitos, diarrea, pérdida de apetito y dolor abdominal. Lacteos: Pueden provocar diarreas, algunos yogures y quesos pueden sin embargo ser beneficiosos. Si amas a tu mascota seguramente a partir de ahora evitarás compartir estos alimentos con él.
Y atención con los paseos ya que hay plantas que son extremadamente perjudiciales y venenosas para los perros, por ejemplo, narciso de otoño, azalea, cyclamen, kalanchoe, lilium, adelfa, tulipanes y jacintos. En el caso de que los muerdan pueden sufrir irritación de la boca y el esófago, lo que se traduce en un babeo excesivo, vómitos o diarrea. Acude cuanto antes a un especialista. Recuerda que si quieres consentirlo, la mejor forma de hacerlo es procurar su bienestar y salud.